TEXAS - En el este de Texas, Tonya Jackson se ha convertido en un salvavidas para muchos residentes de centros de cuidado a largo plazo, según The Texas Tribune.
En un reciente caso en el condado Angelina, Jackson evitó el desalojo de una anciana, resolviendo un conflicto entre la familia y el personal del hogar de ancianos.
Jackson, defensora del pueblo en la región, trabaja incansablemente para garantizar que los derechos de los residentes sean protegidos. Sin embargo, Texas enfrenta una preocupante escasez de personas como ella.
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El estado ocupa el puesto 42 en seguridad y calidad en el ámbito de los cuidados a largo plazo, según una encuesta de 2018 de AARP, reflejando la falta de personal para atender a los tejanos más vulnerables. Actualmente, solo cinco defensores del pueblo —dos empleados y tres voluntarios— cubren 48 instalaciones en los condados de Angelina, Nacogdoches y Newton.
“Sin ellos, estaríamos perdidos en la comunidad de cuidados a largo plazo, pero definitivamente necesitan más apoyo en todos los ámbitos”, expresó Andrea Earl a The Texas Tribune, directora estatal asociada de AARP.
El Consejo de Gobiernos del Profundo Este de Texas ha solicitado voluntarios para reforzar este programa. Jackson comparte esta petición, confiando en que la participación voluntaria puede mejorar la vida de los residentes. “Los voluntarios pueden captar cosas que nosotros no, ya que nuestro tiempo es limitado”, explicó.
Mientras tanto, la principal defensora del pueblo de Texas, Patty Ducayet, espera que la Legislatura estatal apruebe financiamiento para ampliar el personal y mejorar la regulación del uso de Medicaid. Además, busca la creación de un portal para manejar desalojos y bajas involuntarias de residentes.
El papel de los defensores del pueblo es crucial y actúa de forma independiente al Departamento de Salud y Servicios Humanos, garantizando que puedan abogar por los residentes sin represalias. Sin embargo, la falta de personal y los constantes desafíos legislativos complican su labor.
En 2023, una propuesta de ley intentó limitar el acceso de los defensores del pueblo a expedientes médicos, lo que generó tensión entre las partes involucradas. Aunque el proyecto fue retirado, reflejó la necesidad de mayor colaboración entre las instituciones y los defensores del pueblo.
Jackson, con paciencia y empatía, sigue visitando de 15 a 20 residentes por centro, esforzándose por ser la voz de aquellos que se sienten olvidados. Mientras el estado lucha por fortalecer el programa, su dedicación y la de otros defensores del pueblo continúan siendo un pilar fundamental para las comunidades de cuidado a largo plazo en Texas.