Aunque muchos de los millones de texanos que se quedaron sin electricidad durante días después de que una mortal ráfaga invernal sobrepasara la red eléctrica ya comienzan a recuperar el servicio, la crisis aún no termina porque en muchos hogares no hay agua potable tras la explosión de tuberías y el suministro de alimentos también se ha visto afectado.
Por eso el gobernador de Texas, Greg Abbott sostuvo una conversación telefónica con el presidente Joe Biden el jueves en la noche y éste prometió que Texas recibirá apoyo federal, según un comunicado de la Casa Blanca.
Durante la llamada Biden indicó su intención de instruir a agencias federales adicionales para que investiguen cualquier paso inmediato que se pueda tomar para apoyar al estado, que todavía está lidiando con la catástrofe incluso cuando se restableció la energía para muchos.
Aproximadamente 325,000 hogares y negocios permanecían sin electricidad en Texas el jueves, en comparación con los 3 millones del día anterior, aunque los funcionarios de servicios públicos dijeron que aún era posible que se produjeran apagones limitados.
El administrador interino de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Bob Fenton, dijo el viernes que los equipos estaban en Texas con combustible, agua, mantas y otros suministros.
Biden aprobó una declaración de emergencia para Texas el domingo cuando la tormenta azotó el estado, liberando equipos y recursos federales y también dijo que su administración estaba lista si Texas o cualquier otra región afectada necesita apoyo federal adicional por desastres.
Abbott dijo en una conferencia de prensa el jueves que le pediría a Biden una declaración de desastre importante.