QUITO, Ecuador - Tres reclusos fallecidos y otros seis heridos dejó un amotinamiento en una cárcel regional de Guayaquil, que no volvió a quedar bajo control de las fuerzas del orden hasta el jueves en la madrugada, en medio de los intentos del gobierno ecuatoriano por recuperar el dominio en el sistema penitenciario.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad, ente responsable del sistema penitenciario, actualizó más tarde las cifras en un comunicado, una vez realizado el conteo de los prisioneros, y elevó el número de muertos de dos a tres, así como el de heridos de cuatro a seis.
Todos son internos. No ofreció detalles sobre cómo murieron los tres reos.
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El motín en la cárcel más grande y peligrosa del país se produjo pese a que el recinto está bajo el control de las Fuerzas Armadas y de la policía y pese a que en el país rige el estado de excepción por la reciente violenta de los grupos ilegales.
La confrontación se produjo la noche del miércoles cuando, según videos difundidos por medios nacionales y tomados desde el interior de la cárcel, reclusos incendiaron colchones en medio de gritos y aparentes detonaciones de armas de fuego.
El jueves el recinto lucía con fuerte resguardo militar y policial y la presencia de familiares de los presos en los exteriores reclamando por información.
Las autoridades penitenciarias agregaron el jueves que cinco de los heridos retornaron a la cárcel tras ser atendidos, excepto uno que permanece en una casa de salud, cuya situación no detalló.
Además, identificó a los dos presuntos incitadores del enfrentamiento como Ronal G. y Stallin G. y aseguró que serán “procesados por el delito de terrorismo”.
“Ya está tomado el control y lo que estamos haciendo es verificando la situación de los heridos”, dijo más temprano a The Associated Press el comandante de policía de la Zona 8, que incluye a Guayaquil, general Víctor Herrera.
Herrera aseguró que aún se está verificando si los presos murieron por heridas de armas de fuego o blancas.
Consultado sobre qué agrupación provocó los disturbios y el motivo, recordó que en esa cárcel han predominado los reclusos pertenecientes a la denominada banda de Los Choneros, liderada por el capo del narcotráfico Adolfo Macías, alias “Fito”, quien se fugó de esa prisión en enero.
“El motivo es la inconformidad por la presencia policial y militar”, comentó el comandante.
Más temprano, el viceministro de Seguridad, Lyonel Calderón, dijo al canal de televisión Teleamazonas que los hechos “son intentos desestabilizadores de la democracia” y una consecuencia de las acciones del gobierno para repeler los actos delictivos que dirige la delincuencia organizada desde los centros penitenciarios.
Las Fuerzas Armadas difundieron en la madrugada en su cuenta de la red social X, antes Twitter, imágenes de la cárcel donde se puede observar a los reclusos en ropa interior tendidos boca abajo sobre el piso y con las manos atadas en la espalda, una imagen que se replica cada vez que ocurre una intervención en una prisión.
Las requisas en busca de armamento, municiones, explosivos, droga y toda serie de artículos prohibidos son permanentes.
En esa cárcel se encuentran recluidos 4,302 presos y tiene capacidad para 4,505, según información del organismo rector del sistema penitenciario.
Tras la fuga de alias “Fito”, que desató una ola de violencia incluida la toma de un canal de televisión en vivo por sujetos armados, el presidente Daniel Noboa decretó el estado de excepción y el conflicto armado interno e identificó a 22 grupos de delincuencia organizada como “terroristas” y los convirtió en “objetivo militar”.
La crisis carcelaria y la ola de violencia en el país andino se agudizó desde 2021, cuando se desencadenaron sangrientos enfrentamientos que dejan hasta la fecha cerca de 500 reclusos asesinados.