CIUDAD DE MÉXICO - La gente se arremolina en la escena del crimen sin poder acostumbrarse al horror que últimamente se ha hecho constante en Zacatecas.
De manera oficial en 12 días, se registraron por lo menos 41 asesinatos que han sembrado miedo y desesperación entre los pobladores.
"No, pues muy mal porque sí se necesita que haya más seguridad y más protección para las familias", expresa Hermelinda Lerma, una de las habitantes de esa región en el centro norte de México.
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"Para qué opino si es lo mismo o va a ser peor, va aumentando y va aumentando", considera Álvaro González, también habitante de la región.
Tan solo el miércoles nueve personas fueron ejecutadas en distintos puntos del estado; por lo menos dos de ellos fueron crucificados. Y días atrás, 18 hombres murieron durante una emboscada entre organizaciones criminales antagónicas.
Ahí encontraron bolsas con restos humanos y un narcomensaje, además, los cuerpos de dos policías fueron colgados en un puente; esto entre otros ataques y enfrentamientos cuyos autores, confirma el secretario de Seguridad, Arturo López, están identificados.
"Me refiero al Cártel Jalisco Nueva Generación y al Cártel de Sinaloa. Son ellos los protagonistas de esta lucha sangrienta", asegura López.
El funcionario reconoció que los criminales se disputan el control de la región, el mercado, sobre todo, del fentanilo y las rutas para el tráfico de enervantes.
Actualmente Zacatecas ocupa el décimo lugar en la lista de las entidades más violentas del país, pero las estadísticas indican que su tasa de homicidios ha aumentado en más de un 60% en el último año.
Los analistas, como Edgardo Hernández, prevén que la violencia no se detendrá hasta que las autoridades no hagan frente a los criminales.
"Hoy no le tienen miedo, hoy se burlan de la gente, agreden a un militar porque existe la complicidad, al menos lo pasivo por parte del gobierno federal", sostiene Hernández.
Y las consecuencias, indica el experto, la sangre y el crimen, serán el pan de cada día para quienes viven en ese, el tan codiciado territorio para los criminales.
