Para Álvaro, taquero desde hace 12 años, es una excelente noticia que los exmandatarios mexicanos ya no sean merecedores de una pensión mensual.
"Está muy bien, porque lo que van a repartir pues es para el pueblo, lo que no le van a dar a ellos ya", considera Álvaro.
El cambio fue promovido en el Senado de la república, por los legisladores de Morena, el partido del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. En el Pleno, se ordenó la publicación que decreta el fin del beneficio.
"Se considera promulgada y se da la orden al director del Diario Oficial de la Federación para su publicación", dijo el presidente del Senado, Martí Batres.
De acuerdo con el Congreso, anualmente se destinan $2 millones para el pago de pensiones a expresidentes y sus viudas.
Tan solo Luis Echeverría y Vicente Fox reciben aproximadamente $252,000 anuales. Felipe Calderón decidió donar su parte a la beneficiencia.
Mientras que desde hace años, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo renunciaron a la pensión, pero Sasha Montenegro, viuda de José López Portillo, y Paloma Cordero, viuda de Miguel de la Madrid, le cuestan al país al menos $9,000 mil 160.
Esta medida fue una de las promesas de campaña de López Obrador y para los especialistas, como Víctor Alonso-Inclán, su cumpliento antes de ocupar la silla presidencial, simboliza un mensaje político.
México
"Quiere que todo mundo sepa que la forma, que la política del país va ser completamente distinta a lo que estamos acostumbrados", considera Alonso-Inclán, abogado por la Universidad La Salle.
Otón tiene 65 años y, a diferencia de los expresidentes, él no percibe una pensión; ahora confía en que habrá más dinero para los que menos tienen.
"Aunque fuera un millón de pesos es muy bueno, pero no hay que darle nada a ellos. Ellos trabajan y cobraron punto", dice Otón.
Los exmandatarios además contaban con seguro de vida, guardias y la posibilidad de dejar grandes herencias a sus descendientes. Sin embargo, a partir de mañana, estas prestaciones quedarán en el olvido.