El fentanilo ha sido el tema y noticia que ha cobrado notoriedad en los medios y en la comunidad tras los constantes reportes de muertes de personas y en especial estudiantes.
Este fue el caso de varios estudiantes de Carrollton, quienes perdieron su vida tras el consumo de esta pastilla. La pregunta de muchos es ¿cómo daban con la droga, a quién se la compraban?
En una investigación de Telemundo 39 junto a NBC 5 le pudimos echar un vistazo cómo las autoridades de Carrollton y agentes federales siguieron el rastro del fentanilo hasta conectar su procedencia con uno de los carteles de droga más prominentes del mundo.
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LA DEA
El jefe de la Policía de Carrollton, Roberto Arredondo dijo que sabían que la droga venía de otras partes. "No eran fabricadas aquí en Carrollton, pero eran traídas aquí. Es por eso que necesitábamos los recursos de la DEA para que nos ayudaran a encontrar quiénes eran".
Agregó que se podía ver normal una muerte, pero los números de muertos iban creciendo y entonces te lo cuestionas, ¿de dónde viene? ¿qué esta pasando?
Durante dos años rastrearon paso a paso el movimiento de estas pastillas letales. Siguieron pistas en mensajes de texto y redes sociales en los teléfonos de las víctimas.
Eduardo Chávez, agente de la DEA indicó que "investigamos lo que estaban comunicando y cómo en sus teléfonos celulares. De ahí empezamos a subir los niveles de las personas que estaban distribuyendo estas drogas".
INICIO DE LA RUTA
La investigación para dar con esta ruta es de manera inversa. El punto de venta final en Carrollton era una residencia en la calle Highland Drive cerca de las escuelas RL Turner High y Dewitt Perry Middle.
Las autoridades confirmaron que este era el lugar donde los estudiantes compraban el fentanilo. En este lugar fue que arrestaron a Luis Navarrete y su novia Magaly Mejía Cano. El par fue sentenciado por distribuir pastillas ilícitas de fentanilo a un grupo de estudiantes que fungían como surtidores.
No obstante, los surtidores de Navarrete también dejaron sus huellas de manera digital. Esto llevó a las autoridades al arresto de cuatro sospechoso más. Entre ellos, Jason Xavier Villanueva, arrestado en el área de Coppell. De acuerdo con documentos legalales, Villanueva confirmó la venta de unas 40 mil pastillas al mes.
La madre de José Alberto "Beto" Pérez, unas de las víctimas de Carrollton indicó que "gracias a ese teléfono y con las personas que él se texteaba y mensajeaba y con los otros números de las otras personas les ayudó, no solo el de mi hijo con las demás personas, todos fue que pudieron descubrir muchas cosas".
Otros dos, Adrián Martínez y Julio González Junior fueron detenidos en un operativo en la calle Tyler en el sur de Dallas. El hallazgo aquí fueron de unas 15 mil pastillas escondidas en un horno de microondas. Además, hallaron armas y dinero en efectivo.
González Junior admitió surtir más de 120 mil pastillas de fentanilo, cifra que se acerca a la población actual de toda la ciudad de Carrollton. Ambos se declararon culpable.
Las redes sociales fueron la fuente de esta investigación y tras el arresto de Navarrete, Donovan Jude Andrews, quien se declaró culpable, distribuía pastillas. Éste hizo publicaciones donde dejaba ver que no se había detenido la venta por estos arrestos.
Según la investigación, las autoridades pudieron conectar a Andrews con otros surtidores incluyendo a Stephen Paul Brinson de 18 años, quien aseguran, movía mercancía desde la casa de sus padres en Flower Mound. También se declaró culpable.
Estas pistas llevaron a los agentes a un motel de Arlington y tras allanar el lugar encontraron a dos hombres que informaron distribuían pastillas a grupos en Carrollton.
DESDE EL CARTEL DE SINALOA
La DEA confirmó que la entrada de las pastillas de fentanilo entraron a través de Arizona y California y de Sinaloa en México. Chavez dijo que si continúan hasta pueden dar con el laboratorio que fabrica la droga.