El jurado halló culpable de Néstor Hernández de homicidio capital por la muerte de dos trabajadoras dentro del Hospital Metodista de Dallas en octubre de 2022. Ahora lo sentenciaron a cadena perpetua.
Jacqueline Pokuaa, trabajadora social, y Annette Flowers, enfermera, fallecieron tras ser baleadas en su lugar de trabajo al tratar de defender a la novia del asesino que estaba siendo agredida.
En tan solo dos días y medio de juicio, y un par de hora de deliberaciones, el jurado emitió su veredicto.
Néstor Hernández, quien no mostró reacción alguna tras el veredicto, ahora enfrenta cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por cargos de asesinato capital.
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TERCER DÍA
En este tercer día se repasaron los cargos del acusado, se presentaron los argumentos finales y el jurado entró en deliberación.
SEGUNDO DÍA
Varios investigadores del caso testificaron este miércoles y mostraron evidencia sobre el arma y las balas, así como el exámen de toxicología que mostró que Hernández tenía varias drogas en sus sistema.
Los reportes indican que el arma y cabellos encontrados en la escena, confirman que fue él quien disparó.
Expertos en DNA explicaron al jurado que las posibilidades de error en sus resultados son prácticamente nulas. Y su dictamen es que Néstor Hernández está vinculado a este crimen.
Además, especialistas forenses hablaron sobre las causas de muerte de las víctimas.
Pero para sorpresa de todos, al final del día, el acusado subió al estrado y compartió su testimonio y dejó que lo interrogaran.
Néstor Hernández, quien decidió testificar, habló sobre su pasado criminal y su relación con Selena Villatoro.
Dijo que era una relación muy difícil y que el quería ser parte del nacimiento de su hijo, pero ella no lo dejaba y que estaba seguro que lo engañaba con alguien más.
PRIMER DÍA
El jurado vió por primera vez los videos de las cámaras corporales de los oficiales que respondieron al tiroteo.
Durante los argumentos iniciales, la fiscalía dijo que este un caso muy sencillo y que mostrarán fotos y videos que no dejaran duda de que el acusado es culpable y que ese día sabía muy bien lo que quería hacer al llevar un arma al hospital.
Acorde con la fiscalía, sin ninguna tipo de remordimiento primero golpeó con el arma a su novia antes de disparar y matar a las empleadas.
La fiscalía solo usó dos minutos en sus argumentos diciendo al jurado que no tomaran una decisión en este momento y que escucharan el caso.
Por su parte, Selena Villatoro, exnovia de Hernández, dijo que fue golpeada con la pistola e incluso mostraron fotografías de esas heridas. Además de la amenaza constante de matarla a ella y todos los que cruzaran por la puerta (de la habitación donde estaba con el bebé).
“Whoever come to the door is going to die with us” le dijo el acusado de los asesinatos de las dos empleadas a Villatoro.
La policía dice que Hernández, de 31 años, estaba en libertad condicional y tenía permiso para estar en el Hospital Metodista porque su novia en ese momento estaba dando a luz a su bebé.
La policía de Dallas dijo que una vez que estuvo en la habitación con ella, se enojó y acusó a su novia de engañarlo y comenzó a golpearla con un arma que tenía oculta.
Cuando Pokuaa y Flowers intentaron ayudar, fueron asesinadas a tiros. Un oficial de policía del Sistema de Salud Metodista confrontó a Hernández y luego le disparó.
Después de un breve enfrentamiento con la policía, el pistolero fue atendido y arrestado.
Hernández llevaba un monitor de tobillo en ese momento y tiene dos condenas por delitos graves por robos agravados en Dallas en 2011 y otra en 2015.
Pero también había violado previamente su libertad condicional, incluido el corte del monitor de su tobillo apenas unos meses antes del tiroteo. A pesar de ello, todavía pudo obtener permiso para visitar a su novia en el hospital.
El caso provocó un cambio en la ley de Texas. A principios de este año, el proyecto de ley 1004 del Senado fue propuesto y aprobado después del tiroteo, y el gobernador Abbott lo promulgó este verano.
Según la ley, las personas en libertad condicional y las personas en libertad bajo fianza enfrentarán un cargo de delito grave si, a sabiendas, se quitan o desactivan su monitor de tobillo. Anteriormente, manipular un monitor de tobillo era sólo una infracción administrativa y no un delito penal.