Un hombre de Dallas que se hacía llamar “Macknificent” fue sentenciado hoy a 20 años en una prisión federal seguido de libertad supervisada de por vida por trata de personas, anunció el fiscal federal para el distrito norte de Texas, Chad E. Meacham.
Tremont Blakemore, de 43 años, fue acusado por primera vez en septiembre de 2019. Se declaró culpable en abril de tráfico sexual a través de la fuerza, el fraude y la coerción. Hoy fue sentenciado por la jueza federal de distrito, Ada Brown, quien le ordenó entregar varias pertenencias al gobierno federal como un trofeo con la inscripción "Prostituta del Año". También le confiscaron varios relojes Rolex, joyas de oro y diamantes.
“Este acusado brutalizó sistemáticamente a sus víctimas, convenciéndolas de que no tenían más remedio que vivir la vida de acuerdo con sus dictados. Formamos la Fuerza de Tarea contra la Trata de Personas del Norte de Texas, una coalición de fuerzas del orden público federales, estatales y locales dedicadas a poner fin al flagelo de la trata de personas, para perseguir casos como este. Esperamos que la sentencia de hoy sea un bálsamo para los sobrevivientes mientras trabajan para reconstruir sus vidas”, dijo el fiscal federal, Chad Meacham
En el comunicado explican que Tremont Blakemore ya no puede hacer alarde de una vida de lujos a través de las ganancias que obtuvo ilegalmente al obligar a las mujeres a participar en la industria del comercio sexual.
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"Durante los próximos veinte años, el Sr. Blakemore tendrá tiempo para reflexionar sobre el dolor que causó a quienes subyugó para sus propios beneficios egoístas. Nuestra esperanza es que las víctimas que manipuló a la fuerza comenzarán el proceso de curación ahora que ya no es una amenaza para la sociedad", refirió el agente especial a cargo, Lester R. Hayes Jr.
En los documentos de declaración de culpabilidad, Blakemore admitió haber dirigido una organización de trata de personas a gran escala, utilizando la amenaza de violencia grotesca para obligar a las mujeres a participar en actos sexuales comerciales para su beneficio económico.
Obligó a las mujeres a viajar por todo el país para participar en sexo comercial y publicó anuncios para ellas en sitios como Backpage.com. Exigió que las mujeres le entregaran todas las ganancias y les pidió que solicitaran permiso para gastos personales.
Blakemore admitió además que cuando sus víctimas desobedecieron sus "reglas" (salir de la casa sin su permiso, quedarse con el dinero, etc.) usó la violencia para someterlas. Según documentos judiciales, las víctimas dijeron a las fuerzas del orden público que él las abofeteó, golpeó, estranguló, pateó y quemó con cigarrillos.
“Pronto voy a convertir a alguien en un ejemplo”, escribió en un mensaje de texto grupal a las víctimas. “No continuaré tolerando la falta de respeto, esa es una de mis mayores molestias”.
En un esfuerzo por parecer exitoso para reclutar víctimas adicionales para su organización de traficantes, Blakemore usó las ganancias de los encuentros sexuales de su víctima para comprar artículos de lujo, incluidas múltiples piezas de diamantes, joyas de oro y múltiples relojes Rolex. Se burló de su estilo de vida para impresionar a otros traficantes, e incluso lució múltiples trofeos que promocionaban su éxito como "proxeneta".