Una compañía de transporte de Texas llevará a la tercera ciudad más poblada de Estados Unidos ante una corte federal como parte de una batalla jurídica en torno a la crisis de migración que ha puesto a las ciudades estadounidenses en apuros durante más de un año.
La demanda contra Chicago se produce en medio de una batalla política de mayor amplitud que involucra una política federal de inmigración y argumentos sobre los derechos y el trato que se merecen los solicitantes de asilo.
La demanda de la compañía Wynne Transportation contra Chicago fue presentada a principios de enero, pero no llamó mucho la atención hasta que prensa local lo reportó esta semana. El gobierno de Abbott había contratado a la empresa de transporte, que tiene su sede en Irving, Texas, cerca de Dallas, para que trasladara a los migrantes.
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La demanda presentada el 5 de enero en un tribunal federal de Chicago alega que la ciudad se extralimitó al regular la inmigración, regular el comercio interestatal y violó el derecho al trato equitativo y el debido proceso de la compañía y de los migrantes a bordo de los autobuses.
Steven D. Schwinn, profesor de derecho de la Universidad de Illinois, campus Chicago, dijo que la ausencia de migrantes en la demanda “revela” la intención detrás de la demanda.
QUÉ ESTÁ PASANDO
Desde 2022, Texas ha enviado más de 100,000 migrantes a “ciudades santuario” gobernadas por demócratas, luego de haber experimentado la llegada de un alto número de migrantes a través de la frontera sur en los últimos años.
El estado tiene contratos con varias compañías de autobuses para enviar a los solicitantes de asilo al norte del país, y recientemente empezó a fletar aviones.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que lanzó su operativo de transporte para disminuir la carga de las ciudades fronterizas, y añadió que el gobierno federal necesita reformar el sistema de inmigración. Alega que los migrantes eligen sus destinos y obtienen boletos gratis, y que las ciudades deberían cumplir con su promesa de acoger a todos.
Pero la afluencia de migrantes ha abrumado a algunas grandes ciudades de Estados Unidos, principalmente Chicago, Nueva York y Denver, y los alcaldes están haciendo sus propios pedidos de ayuda.
Señalaron que la estrategia de Abbott es inhumana debido a que los autobuses llegan a todas horas y sin listas con los nombres de los pasajeros o coordinación alguna, en particular para las personas que ya han tenido que soportar largos, y a menudo peligrosos, viajes para llegar a Estados Unidos. Muchos migrantes, la mayoría procedentes de Venezuela, han estado llegando al brutal frío sin abrigos.
“La falta de atención que se ha exhibido durante el último año y medio ha creado una increíble cantidad de caos”, dijo el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, durante una conferencia de prensa con otros alcaldes el mes pasado.
El alcalde neoyorquino, Eric Adams, viajó a diversos países de Latinoamérica para tratar de disuadir a la gente que pensaba hacer el viaje, mientras que Johnson envió una delegación a ciudades fronterizas con la esperanza de mejorar la comunicación.
LA GUERRA DE CHICAGO CONTRA EMPRESAS DE AUTOBUSES
Chicago ha recibido a aproximadamente 35,000 migrantes, la mayoría a bordo de autobuses procedentes de Texas. Pero también han llegado de otras ciudades y vía aérea.
A finales del año pasado, Chicago tomó medidas contra lo que llamó “autobuses sin escrúpulos” y aprobó normas que les requieren dejar a los migrantes en horarios específicos y en una zona del centro de la ciudad designada como “la zona de llegadas".
Desde entonces, los subcontratistas de la compañía han sido objeto de más de 90 demandas entabladas por Chicago, con multas potenciales de entre $2,000 y $10,000 dólares, dijo Michael Kozlowski, un abogado de Chicago que representa a Wynne.
“Eso interfiere mucho con sus negocios y es intimidante para estos subcontratistas que, en su mayoría, son operadores más pequeños”, manifestó Kozlowski.
Para eludir las normas, los autobuses comenzaron a dejar a los migrantes en suburbios a millas de distancia de la ciudad, también en cualquier hora y sin previo aviso. Eso provocó disputas entre la ciudad y los suburbios, y dio pie a una cumbre a realizarse en los próximos días entre los alcaldes de Chicago y varios suburbios de la zona.
En respuesta, Abbott comenzó a enviar a migrantes en vuelos chárter a Chicago y Nueva York. “La ciudad santuario de Chicago comenzó a obstruir y entorpecer nuestra misión de autobuses. Texas ahora expandirá nuestra operación para incluir vuelos a Chicago”, manifestó Abbott en X, antes Twitter.
RESPUESTA DE CHICAGO A LA DEMANDA
Chicago aún no ha presentado una respuesta a la querella y no se han programado audiencias. Kozlowski dijo que a la ciudad se le notificó de la demanda a principios de la semana y tiene tres semanas para responder.
Kozlowski dijo que no tenía conocimiento de algún plan para presentar demandas similares en otras ciudades.
“Esperaría que una decisión sobre el decreto de Chicago estimule a esas otras zonas a examinar sus propios decretos y asegurarse de que cumplen con la Constitución”, indicó.
Los autobuses continúan llegando a diario. Tan sólo a Chicago han llegado más de 600 autobuses con migrantes a bordo desde agosto de 2022.
Para Chicago y otras ciudades, eso ha significado tomar repetidas medidas provisionales para albergar a los migrantes, las cuales incluyen autobuses urbanos estacionados, vestíbulos de cuarteles de policía, bibliotecas y aeropuertos. Johnson, Adams y otros alcaldes han pedido más fondos a sus estados y al gobierno federal.
En tanto, a los solicitantes de asilo les aguarda una larga espera — de hasta dos años — para obtener una fecha de audiencia en el desbordado sistema de cortes migratorias del país.