El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió el sábado que había despedido al inspector general de los servicios de inteligencia como represalia por el juicio político, afirmando que el funcionario hizo mal al entregar la queja de un informante anónimo al Congreso como indica la ley.
Trump describió a Michael Atkinson como una “desgracia” tras informar al Congreso el viernes por la noche de que pretendía despedirle.
En cartas a los comités de inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes, el mandatario escribió que había perdido confianza en Atkinson, aunque no entró en detalles.
Al día siguiente fue más directo al decir a reporteros en la Casa Blanca: “Creo que hizo un trabajo terrible, absolutamente terrible”. “Tomó un reporte falso y lo llevó al Congreso como una emergencia, ¿de acuerdo? No es un gran seguidor de Trump, eso puedo decírselo”, añadió.
El reporte del informante no era falso, sino una detallada denuncia escrita por un agente de inteligencia anónimo que describía las presiones de Trump sobre Ucrania para investigar al demócrata Joe Biden y a su hijo. Atkinson concluyó que la denuncia era urgente y creíble y por tanto, la ley obligaba a presentarla ante el Congreso.
Sin embargo, durante varias semanas recibió órdenes en sentido contrario del director en funciones de inteligencia nacional, Joseph Maguire.
Tras un escándalo en los medios por reportes sobre la denuncia, el texto fue entregado y publicado. Una pesquisa en el Congreso llevó al juicio político contra Trump realizado por la Cámara de Representantes en diciembre. El Senado, de mayoría republicana, absolvió a Trump en febrero.
El presidente cuestionó el sábado por qué Atkinson no habló con él sobre la denuncia, aunque el papel de Atkinson era ofrecer supervisión independiente. “Nunca vino a verme, nunca pidió verme”, dijo Trump. “Ese hombre es una desgracia para los inspectores generales”.
La destitución de Atkinson forma parte de una reestructuración más amplia en los servicios de inteligencia durante el mandato de Trump, que siempre ha mirado con escepticismo a los profesionales de inteligencia. Los demócratas y unos pocos republicanos reaccionaron de inmediato con indignación al despido de Atkinson.
El senador Chuck Grassley, el republicano de Iowa que lidera el Comité de Finanzas, dijo que el Congreso había sido “clarísimo” en que debían darse motivos por escrito para destituir a inspectores generales por falta de confianza. “Hacen falta más detalles del gobierno”, dijo Grassley.
La senadora de Maine Susan Collins, republicana y miembro del Comité de Inteligencia del Senado, señaló que los argumentos expuestos por Trump en su carta del viernes no le parecían convincentes y dijo que la destitución “no estaba garantizada”.
Por su parte, el presidente del Comité de Inteligencia del Senado, Richard Burr, republicano por Carolina del Norte, dijo que un inspector general “debe poder realizar su trabajo de forma independiente a la presión interna o externa”.
Trump expresó sus críticas el sábado después de que los compañeros de Atkinson salieran en su defensa. Michael Horowitz, presidente del Consejo de Inspectores Generales sobre Integridad y Eficiencia, un inspector general del Departamento de Justicia estimado por los legisladores de ambos partidos, dijo que Atkinson era conocido por su “integridad, profesionalidad y compromiso con el estado de derecho y la supervisión independiente”. Eso incluía su manejo del caso ucraniano, señaló.