La muerte este O.J. Simpson el miércoles trajo a la memoria el juicio que enfrentó por el asesinato de quien fuera su exesposa y su amigo en junio de 1994.
Recordado como “el juicio del siglo”, las audiencias fueron seguidas por TV por millones en Estados Unidos y el mundo.
El 12 de junio de 1994 fueron hallados los cuerpos de la exesposa de Simpson, Nicole Brown Simpson, y su amigo Ronald Goldman, en Los Ángeles, ambos apuñalados.
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Simpson, una exestrella de la NFL y actor de Hollywood pasó de ser un ícono norteamericano a ser sospechoso del doble crimen.
Cuando la policía llegó a su casa poco después de los homicidios, Simpson no les abrió. Y los policías hallaron sangre cerca de la puerta de su vehículo.
Poco después, las autoridades acusaron formalmente a Simpson de los asesinatos y cuando lo fueron a arrestar, la exestrella del fútbol americano se dio a la fuga en su camioneta Bronco de color blanco.
La cobertura televisiva en vivo de la persecución -muy lenta- por autopistas de Los Ángeles el 17 de junio de 1994 fue seguida en vivo por millones en todo el mundo, lo mismo que su posterior arresto, una hora después.
El público quedó absorto durante el juicio que fue transmitido en vivo por la televisión.
Su caso avivó una serie de debates sobre racismo, violencia doméstica, la fama de las celebridades y mala conducta policial.
En uno de los momentos más memorables del “juicio del siglo”, la fiscalía presentó como evidencia un par de guantes negros, explicando que el de la mano izquierda fue hallado en la casa de la víctima y el derecho en la residencia de Simpson.
Cuando le pidieron a Simpson que se pusiera los guantes, no le entraron en sus manos, eran muy chicos.
La fiscalía argumentó que era por la sangre presente en los guantes, que los achicó.
Y la defensa dijo que si los guantes no entraban en las manos de Simpson, el exjugador de la NFL no era el homicida. “If it doesn’t fit, you must acquit” (si no encaja, deben declararlo no culpable), dijo uno de los abogados de Simpson, frase que quedó en la memoria.
Un jurado en el juicio penal le absolvió de los cargos de homicidio el 3 de octubre de 1995, pero otro juicio civil le declaró responsables de las muertes en 1997 y ordenó que pagara $33.5 millones a las familias de Brown y Goldman.
Una década después, en el 2007, Simpson encabezó un grupo de cinco hombres en una disputa con dos comerciantes de recuerdos deportivos en una habitación de hotel en Las Vegas.
Dos de los acompañantes de Simpson estaban armados cuando irrumpieron en la habitación del hotel para reclamar lo que -según Simpson- le pertenecía.
El 3 de octubre del 2008, un jurado encontró culpable a Simpson de robo a mano armada y otros delitos y terminó siendo condenado a 33 años de prisión.
Simpson ingresó a la cárcel teniendo 61 años, y purgó nueve años en una prisión en una zona remota del norte del estado de Nevada, donde trabajó como el conserje del gimnasio del reclusorio.
No se mostró arrepentido cuando fue puesto en libertad bajo palabra en octubre de 2017.
Insistió ante la junta de libertad condicional que solo procuraba recuperar objetos que le fueron robados tras su juicio en Los Ángeles.
“Básicamente he vivido sin conflictos”, dijo Simpson, cuya libertad vigilada culminó a fines de 2021.