EL PASO, Texas — El narcotraficante mexicano Ismael “El Mayo” Zambada hizo el jueves su segunda comparecencia en un tribunal federal de Texas tras haber sido detenido en territorio estadounidense la semana pasada.
“El Mayo” Zambada, de 76 años de edad, estuvo en una silla de ruedas durante la audiencia ante la jueza federal de distrito Kathleen Cardone en El Paso.
Zambada, antiguo líder del Cártel de Sinaloa, eludió a las autoridades durante décadas hasta que un avión en el que iba a bordo junto con Joaquín Guzmán López, hijo del notorio capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, aterrizó en un aeropuerto cercano a El Paso el 25 de julio.
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Ambos hombres fueron arrestados y permanecen encarcelados. Fueron acusados en Estados Unidos de varios delitos relacionados con las drogas.
Las discusiones durante la breve audiencia del jueves incluyeron si Zambada debería ser juzgado con los otros acusados o por separado.
Está detenido sin derecho a libertad bajo fianza y se declaró inocente durante una corta audiencia celebrada la semana pasada, a la que también asistió en silla de ruedas.
Su próxima audiencia está programada para el 9 de septiembre. Sus abogados se negaron a hacer comentarios tras la audiencia del jueves.
Uno de sus abogados, Frank Perez, afirmó que su cliente fue secuestrado por Guzmán López y llevado a Estados Unidos a bordo de un avión privado.
Guzmán López, de 38 años, se declaró inocente el martes de cargos de narcotráfico y de otro tipo ante un tribunal federal de Chicago.
Se pensaba que Zambada participaba más en las operaciones cotidianas del cártel que su líder más conocido, “El Chapo”, quien fue sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos en 2019.
Zambada tiene procesos en su contra en varios estados de Estados Unidos, entre ellos Nueva York y California. Los fiscales presentaron una nueva acusación contra él en Nueva York en febrero, en la que lo describieron como el “principal líder de la empresa criminal responsable de importar enormes cantidades de narcóticos a Estados Unidos”.
La captura de Zambada y Guzmán López ha alimentado teorías sobre cómo la lograron las autoridades estadounidenses, y ha llevado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a dar el inusual paso de hacer un exhorto público a los cárteles de la droga para que no luchen entre sí.