WASHINGTON — La Reserva Federal de Estados Unidos enfatizó el miércoles que la inflación sigue demasiado alta y dijo que no piensa reducir las tasas de interés hasta tener “una mayor confianza” de que las alzas de precios estén bajando más hacia su meta de 2%.
El banco central estadounidense expresó su decisión en un comunicado después de su más reciente reunión, en que mantuvo su tasa de interés referencial en 5.3%, la más alta en dos décadas.
Varios reportes recientes sobre inflación y crecimiento económico han socavado la creencia de la institución de que la inflación estaba al fin cediendo.
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La combinación de altas tasas de interés y la persistente inflación además han emergido como una amenaza potencial a la candidatura por la reelección del presidente Joe Biden.
“En meses recientes, ha habido una falta de progreso hacia el objetivo de una inflación de 2%”, dice el comunicado del banco emitido el miércoles.
El mensaje constituye un abrupto cambio en el cronograma del banco para aplicar reducciones de tasas.
Incluso en su reunión más reciente, el 20 de marzo, los responsables de la institución proyectaron tres reducciones este año, probablemente a partir de junio.
Unas tasas más bajas, con tiempo, redundarían en costos menores de préstamos para empresas y particulares, incluso hipotecas, préstamos automovilísticos y tarjetas de crédito.
Pero dada la persistencia de la inflación, los mercados financieros ahora prevén sólo una reducción de las tasas este año, en noviembre, según precios a futuro monitoreados por CME FedWatch.
La postura más cautelosa del banco central se deriva de tres meses de data económica que apunta a presiones inflacionarias y agilizado consumo personal.
La inflación ha disminuido de 7.1% a 2.7%, según la cifra preferida por la Fed, a medida que se han aliviado las trabas en las cadenas de suministro y el costo de algunos productos incluso ha bajado.
Los precios en promedio, sin embargo, siguen por encima de sus niveles prepandémicos, y los costos de servicios como alquileres de apartamentos, restaurantes, atención médica y seguros automovilísticos, siguen subiendo.
Con la elección presidencial en seis meses, muchos estadounidenses han expresado descontento por la situación económica, particularmente por los aumentos de los precios.
La Reserva Federal dijo el miércoles también que desaceleraría el ritmo con el que estaba abandonando una de sus mayores políticas usadas durante la pandemia: La compra de billones de dólares en bonos del Tesoro y bonos hipotecarios, una política diseñada para estabilizar los mercados financieros y mantener bajas las tasas de interés a corto plazo.
El banco central estadounidense ahora está permitiendo que $95,000 millones de esos títulos maduren cada mes, sin reemplazarlos.
Sus bonos han disminuido a aproximadamente $7.4 billones, comparado con $8.9 billones en junio de 2022, cuando empezó a reducirlos.
Ahora la institución dice que en junio reducirá sus bonos a un ritmo más lento y que dejará que un total de $60,000 millones en esos títulos maduren por mes.