Joven inmigrante comparte su historia tras obtener permisos para trabajar su negocio.
KINGSBURG, California - Tras ser acosado por las autoridades y vecinos, el vendedor de elotes Edgar López, de Kingsburg, cuenta su historia de esfuerzo y cómo pudo revertir su suerte.
"Me dicen felicidades, que bueno que te dejaron vender", comenta alegre el joven vendedor ambulante, quien vino desde México a los 15 años.
Con su esfuerzo y determinación ha logrado obtener los permisos de salud y de la ciudad y sería el primer elotero que dejan vender aquí en Kingsburg, de acuerdo con él mismo.
López tiene 18 años y hace tres llegó al Valle Central de California con muchos sueños y ganas de salir adelante.
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Luego de varios intentos por cruzar la frontera, finalmente lo logró al quinto intento y lo recibió un tío, quien le ofreció trabajo como vendedor ambulante.
Actualmente el joven cuenta con dos carros móviles operativos y tiene todos los permisos correspondientes para transitar en Kingsburg y Reedley.
"Mis padres en México están bien orgullosos", agrega el muchacho sin esconder su entusiasmo. Y aunque confiesa que no está disfrutando su juventud, sabe que "valdrá la pena el esfuerzo que están haciendo".
Edgar comenta que tras tener todo en orden, la gente ya lo conoce. "Me dicen felicidades por tener el permiso y todo eso".
El representante de la ciudad de Kingsburg, Alexander Henderson, celebró la motivación y el ímpetu del joven mexicano. "Edgar ha hecho importantes mejoras en su carrito, obtuvo los permisos del departamento de salud y luego vino a la ciudad y trabajó con parte del personal aquí".
Mientras Edgar continúa pedaleando por un mejor futuro para los suyos, autoridades instan a vendedores ambulantes a operar con sus permisos de salud y funcionamiento.
