El enfrentamiento entre el Obispo de la Diocesis catolica de Fort Worth y la congregación de las Monjas Carmelitas Descalzas, con sede en Arlington, continúa después de que se dieron a conocer acusaciones de presunto abuso de poder de Michael Olsen.
El problema ha escalado y se ha publicado en los medios lo que derivó en la división de la opinión pública. Unos apoyan a las monjas porque argumentan conocer al Obispo que ha tenido presuntos comportamiento con feligreses hispanos. Pero otros si lo apoyan, y uno de ellos, es el Papa Francisco, quien lo respaldó en la investigación de la Diócesis contra dichas monjas.
Ahora, el Obispo Olsen, acusa a las religiosas de actos ilícitos, incluyendo el presunto uso de marihuana dentro del monasterio de la Santisima Trinidad en Arlington, según fotos que filtró un informante anónimo de la Diócesis Católica.
Ahora, la policia de Arlington inició una investigación criminal sobre este caso.
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El Obispo hizo pública una carta en la que pide a la auxiliar de la congregación de monjas que se revoque la solicitud de donaciones para cubrir los gastos legales para su defensa, porque esto la hace complica de la presunta rebeldía de la exreverenda madre superiora y las religiosas.
La Diócesis de Fort Worth quiere resolver este asunto en privado, pero el abogado de las monjas exige transparencia y ya 3 monjas fueron entrevistadas por las autoridades de Arlington. Por su parte, las autoridades religiosas en Fort Worth, informaron a través de un comunicado que están cooperando con la policía.
Esta ''guerra'' inició hace un par de meses cuando en abril pasado se les notificó que una monja dicha congregación violó su voto de castidad con un sacerdote fuera de la Diócesis (de Fort Worth) y que se está llevando a cabo una investigación eclesiástica.
Las monjas alegan que Olson "se metió a la fuerza en nuestra comunidad pacífica", interrogaron a las hermanas y luego "hizo una rabieta y con voz agitada y alta gritó que el monasterio estaba cerrado y que no se celebraría ninguna misa".
Acorde a los documentos juidiciales, Agnes precisa que "la orden de las Carmelitas no está y nunca ha estado bajo el control del obispo de la Diócesis local y que responde directamente al Papa".
Acorde con documentos judiciales obtenidos por NBC 5 y Telemundo 39, el grupo de religiosas piden un millón de dólares de indemnización porque ha causado angustia psicológica en su congregación a la cual se metieron y se llevaron una computadora, un iPad y un celular de la madre superiora, Teresa Agnes.