La NASA ha revelado este miércoles que las nuevas muestras obtenidas de un asteroide de 4,500 millones de años contienen trazas de carbono y agua, moléculas que se cree que constituyen los componentes básicos de la vida.
Estos hallazgos podrían ayudar a los científicos a comprender cómo se formó el sistema solar y cómo surgió la vida en la Tierra.
En un acto público muy esperado, la agencia ofreció la primera visión de las muestras rocosas, detallando cómo los primeros estudios ya han arrojado resultados apasionantes. Los trozos de roca espacial contienen moléculas de agua encerradas en minerales arcillosos y son ricos en carbono, según los investigadores de la NASA.
El astrobiólogo Daniel Glavin, coinvestigador de la misión OSIRIS-REx que recuperó la muestra de asteroide, declaró que los científicos se sintieron entusiasmados de inmediato por los resultados iniciales.
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"Hemos elegido el asteroide adecuado. Y no sólo eso, sino que trajimos la muestra correcta", dijo Glavin. "Esto es el sueño de cualquier astrobiólogo".
Las muestras se obtuvieron de la superficie de un asteroide cercano a la Tierra conocido como Bennu, que se estima se formó en los primeros 10 millones de años de existencia del sistema solar.
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Se necesitan más investigaciones para comprender las muestras de Bennu, pero los resultados preliminares son prometedores porque el contenido de agua y carbono de la roca espacial podría explicar cómo llegó el agua a la Tierra en un principio.
Según Dante Lauretta, jefe de la misión OSIRIS-REx y profesor de Ciencias Planetarias en la Universidad de Arizona, el asteroide podría haber desempeñado un papel clave en la aparición de la vida en nuestro planeta.
"La razón por la que la Tierra es un mundo habitable, por la que tenemos océanos, lagos, ríos y lluvia, es que estos minerales arcillosos -como los que vemos en Bennu- aterrizaron en la Tierra hace entre 4,000 y 4,500 millones de años, haciendo que nuestro mundo fuera habitable", explicó Lauretta.
La nave espacial OSIRIS-REx se lanzó en 2016 y ha recorrido 4 mil millones de millas durante los últimos siete años para recoger muestras de Bennu y devolverlas a la Tierra. El mes pasado, cuando la sonda sobrevoló el planeta, eyectó una cápsula que contenía las preciadas muestras y la depositó sobre una zona de aterrizaje en el desierto de Utah.
La nave OSIRIS-REx se dirige ahora hacia otro asteroide conocido como Apofis, que se prevé que se acerque a menos de 20,000 millas de la Tierra en 2029. Como parte de una misión ampliada, la sonda estudiará de cerca la roca espacial y realizará cuidadosas mediciones de su órbita.