HOUSTON – Las autoridades carcelarias de Texas han ofrecido escasa información sobre las presuntas amenazas que sufrió la farmacéutica encargada hasta marzo de proveer la droga pentabarbitol, utilizada para las ejecuciones de reos en el Estado.
La Prensa Asociada no encontró evidencia de que investigaciones sobre este tema se estén adelantando –se ha sugerido el uso de un camión bomba para atentar contra la farmacia del área de The Woodlands que venía elaborando el compuesto químico- ni a nivel estatal, ni por parte de la ciudad.
Personas y organizaciones por la abolición de la pena de muerte creen que el tema de las amenazas se está poniendo sobre la mesa, con el único objetivo de no revelar quién está produciendo la droga.
“Si esos son los tipos de amenazas de las que se están hablando y no entregan la suficiente información que las soporte, están actuando de manera irresponsable”, dijo Jen Moreno, un abogado de la universidad de Berkeley en quien ha representado presos condenados a muerte.
Los principales laboratorios, muchos de ellos basados en Europa, han dejado de proveer el pentobarbital a los estados que aplican la pena de muerte, por lo que éstos han tenido que recurrir a farmacias genéricas locales, muchas de ellas, sin la estricta supervisión de la Agencia Federal de Drogas (FDA por sus siglas en inglés).
Esta semana los abogados de Tommy Sells trataron de frenar su ejecución al argumentar que no se había revelado el nombre del laboratorio que produce la droga usada.
Sells fue finalmente ejecutado el jueves en la noche tras el rechazo de la Corte Suprema a la solicitud de su defensa.