Con la inflación en un máximo de 40 años, está previsto que la Reserva Federal aumente las tasas de interés en medio punto porcentual durante las próximas tres reuniones en mayo, junio y julio. El aumento de las tasas hace que sea más costoso pedir dinero prestado, lo que puede ayudar a desacelerar la economía sin causar una recesión.
Sin embargo, los economistas de Deutsche Bank afirmaron a principios de abril que se está gestando una recesión a medida que la Reserva Federal adopta una postura más agresiva sobre el aumento de las tasas de interés para frenar la inflación.
La institución financiera, con sede en Frankfurt, pronosticó que las acciones de la Fed “probablemente desencadenen una leve recesión a fines de 2023”.
“Si bien esto eventualmente ayudará a acercar la inflación al objetivo para fines de 2024, también vendrá con un fuerte aumento en la tasa de desempleo”, advirtieron los expertos.
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Deutsche fue uno de los primeros grandes bancos en hacer sonar la alarma de recesión, a la que también se sumó Bank of America. La institución financiera advirtió que la alta inflación representa una amenaza creíble para la recuperación económica que comenzó hace apenas dos años.
"El 'shock inflacionario' empeora, el 'shock de tasas' apenas comienza, el 'shock de recesión' se acerca", escribió el estratega jefe de inversiones de Bank of America, Michael Hartnett, en una nota a los clientes a principios de abril.
El desalentador vaticinio coincidió con el último informe del gobierno que mostró que los precios al consumidor aumentaron un 8.5% en marzo, el ritmo más rápido desde diciembre de 1981.
Destacadas
Bank of America no está llamando abiertamente a una recesión en los Estados Unidos. Pero el banco está planteando el espectro de una desaceleración y apuntando a señales de recesión en Wall Street.
Hartnett señaló que la acción de los precios en los mercados financieros ha sido muy "recesiva", citando caídas pronunciadas para constructores de viviendas económicamente sensibles, fabricantes de semiconductores, empresas de pequeña capitalización, minoristas y de capital privado.
DISTINTOS PANORAMAS
Algunos economistas estiman que el aumento de las tasas de interés, al ritmo más rápido en décadas, para controlar los precios podría implicar el riesgo de que el banco central termine por hundir la economía estadounidense en el proceso.
Pero hay quienes son más optimistas. La última recesión registrada tuvo lugar en 2020, cuando la pandemia de coronavirus provocó cierres y despidos masivos en todo Estados Unidos.
“Desde entonces, sin embargo, la economía estadounidense ha experimentado una recuperación sorprendente. El mercado laboral ha recuperado millones de puestos de trabajo y se acerca a su estado anterior a la pandemia. Además, los salarios han subido para muchos trabajadores, incluidos los que tienen trabajos peor pagados”, según CNBC.
Debido a esto, a muchos economistas no les preocupa demasiado que haya una recesión en el horizonte.
“Si observa los datos del mercado laboral en este momento, sería difícil encontrar algún indicio de recesión”, dijo Nick Bunker, director de investigación económica para América del Norte en Indeed Hiring Lab. “Tal vez una desaceleración relativa, pero eso es de muy caliente a simplemente caliente”.
Indeed Hiring Lab es un equipo internacional de economistas que brinda información que ayuda a impulsar la conversación sobre el mercado laboral global.
¿QUÉ ES UNA RECESIÓN?
Se caracteriza por la disminución de la actividad económica. Este periodo abarca:
- Aumento del desempleo debido a la falta de crecimiento económico. En el caso de un crecimiento negativo, aumentan los despidos.
- Disminución del consumo asociado al aumento de precios (inflación), o por la disminución de la capacidad de consumo (menos dinero, mayores tasas de interés en créditos, etc).
- Aumento en la cartera vencida de los créditos por la falta de capacidad de pago, esto a causa de la inflación y el aumento en tasas de interés.
- Disminución del Producto Interno Bruto, ya que disminuye el consumo.
- Aumento de inventarios, sobre todo en la industria manufacturera. Esto significa que hay más oferta que demanda.
Los expertos declaran una recesión cuando la economía de una nación experimenta un producto interno bruto (PIB) negativo, niveles crecientes de desempleo, caída de las ventas minoristas y medidas de contracción de los ingresos y la fabricación durante un período prolongado.
El PIB mide el valor total de mercado de todos los bienes y servicios producidos por un país, durante un tiempo definido. Básicamente es una medida del valor de la actividad económica de un país.
Una recesión es una disminución significativa de la actividad económica que dura meses o incluso años, como la Gran Recesión de 2007-2009, que fue una de las más profundas de la economía estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial, desencadenada por crisis en los mercados inmobiliario y financiero.
Antes de eso hubo otra recesión de julio de 1990 a marzo de 1991, que fue breve y relativamente leve. La tasa de desempleo aumentó alrededor de 2 puntos porcentuales, alcanzando su punto máximo en 1992. Luego de una disminución gradual, se ubicó un poco por encima del 4% al final de la recuperación en 2001, según datos de Pew.
Las recesiones se consideran una parte inevitable del ciclo económico, o la cadencia regular de expansión y contracción que ocurre en la economía de una nación.
¿POR QUÉ PREOCUPA TANTO QUE EL PAÍS ATRAVIESE POR UNA RECESIÓN?
Porque los niveles de desempleo aumentan y no solo es más probable que las empresas opten por el despido, sino que se vuelve mucho más difícil encontrar un nuevo puesto. Aunado a eso, las personas que conservan sus empleos pueden ver recortes salariales y de beneficios, y tener dificultades para negociar futuros aumentos salariales. Es por esto que los expertos llaman a los estadounidenses a ahorrar y a cuidar el empleo.
Además, durante una recesión, los ahorros pueden verse reducidos debido a la pérdida de bienes raíces y otros activos.
Los dueños de negocios realizan menos ventas durante una recesión e incluso pueden verse obligados a declararse en quiebra. El gobierno trata de apoyar a las empresas durante estos tiempos difíciles, como con el PPP durante la crisis del coronavirus, pero es difícil mantener a todos a flote durante una recesión severa.
Con más personas que no pueden pagar sus cuentas durante una recesión, los prestamistas endurecen los estándares para hipotecas, préstamos para automóviles y otros tipos de financiamiento. Necesita una mejor puntuación de crédito o un pago inicial más grande para calificar para un préstamo que sería el caso durante tiempos económicos más normales.
¿QUIÉN ESTABLECE SÍ HAY O NO HAY RECESIÓN?
La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés) es en general la autoridad que define las fechas de inicio y finalización de las recesiones estadounidenses.
La NBER es una organización privada sin ánimo de lucro dedicada a la investigación económica, y se conforma por un grupo de reconocidos economistas independientes. Parte de su enfoque es el monitoreo continuo de los ciclos económicos en Estados Unidos, lo que le permite señalar los periodos donde se presenta una expansión o una contracción en el ritmo de la economía estadounidense.
Se fundó en 1920 y su sede principal está ubicada en Cambridge, Massachusetts, aunque tiene sedes secundarias en Palo Alto, California y Nueva York.
La NBER tiene su propia definición de lo que constituye una recesión: “Una disminución significativa en la actividad económica que se extiende por toda la economía, que dura más de unos pocos meses, normalmente visible en el PIB real, los ingresos reales, el empleo, la producción industrial y las ventas mayoristas y minoristas".
¿POR QUÉ LA INFLACIÓN CAUSARÍA UNA RECESIÓN?
Los bancos centrales controlan la inflación al elevar las tasas de interés, y las tasas de interés más altas deprimen la actividad económica. La inflación fuera de control fue un problema continuo en el país en la década de 1970. Para romper el ciclo, la Reserva Federal elevó rápidamente las tasas de interés, lo que provocó una recesión.
¿CUÁNTO PUEDE DURAR UNA RECESIÓN?
Como se explicó antes, puede durar meses o años. Es la NBER la que determina la duración promedio de las recesiones en los Estados Unidos. Según datos de NBER, de 1945 a 2009, la recesión promedio duró 11 meses. Esta es una mejora con respecto a épocas anteriores: desde 1854 hasta 1919, la recesión promedio duró 21.6 meses. En los últimos 30 años, Estados Unidos ha pasado por cuatro recesiones:
La recesión del Covid-19, la recesión más reciente, comenzó en febrero de 2020 y duró solo dos meses, lo que la convierte en la recesión más corta de la historia del país.
¿CUANDO HABLAMOS DE RECESIÓN TAMBIÉN HABLAMOS DE DEPRESIÓN?
No, aunque ambas tienen causas similares. La depresión es mucho más profunda y exacerbada, lo que lleva a mayor desempleo y caídas más pronunciadas del PIB.
La depresión es más prolongada (años, no meses) y se necesita más tiempo para que la economía se recupere.
Los economistas no tienen una definición establecida o medidas fijas para mostrar lo que cuenta como una depresión, pero sus impactos son más profundos y duran más. En el siglo pasado, Estados Unidos se enfrentó a una sola depresión: la Gran Depresión, que comenzó en 1929 y duró hasta 1933, aunque la economía no se recuperó realmente hasta la Segunda Guerra Mundial, casi una década después.
Como la NBER lo explica, durante la Gran Depresión, el desempleo aumentó al 25% y el PIB cayó un 30%. Fue el colapso económico sin precedentes en la historia moderna de Estados Unidos. A modo de comparación, la Gran Recesión fue la peor recesión desde la Gran Depresión. Durante la Gran Recesión, el desempleo alcanzó un máximo de alrededor del 10 % y la recesión duró oficialmente desde diciembre de 2007 hasta junio de 2009, aproximadamente un año y medio.
¿ES TIEMPO DE PREPARARSE?
Si bien puede ser demasiado pronto para que los estadounidenses se preparen para una recesión, podrían tomar medidas ahora para mejorar su situación financiera a pesar de todo.
Eso incluye aumentar los ahorros de emergencia y para la jubilación, así como recortar los presupuestos para mantener bajos los gastos en medio de una inflación que probablemente continúe.